LA ESCUELA DEBE ADAPTARSE A LAS CARACTERÌSTICAS DEL NIÑO CON NECESIDADES ESPECIALES
TODOS TENEMOS DISCAPACIDADES, SALVO QUE SOLO A ALGUNOS SE LAS DESCUBRIERON
Ante todo, debemos recordar que todo niño sordo, es en primer lugar, un niño con las necesidades propias de todo ser humano pequeño.
Podrìamos decir que sordo es quien no oye, pero esta definiciòn no resulta operativa. Ser SORDO significa que carece del sentido de la audiciòn y que, por consiguiente, es una persona que no puede adquirir, en forma natural, uno de los instrumentos de comunicaciòn màs importante del ser humano: la lengua hablada por la comunidad oyente, ya sea en su forma oral o escrita.
Nacer SORDO o quedar SORDO a temprana edad coloca a un individuo en una particular situaciòn lingûìstica y, en consecuencia, emocional, intelectual y cultural que las personas oyentes, como hablantes naturales de una lengua oral, apenas podemos imaginar.
Ser HIPOACÙSICO, no es lo mismo que ser SORDO . No son tèrminos equivalentes. La diferencia està determinada por el grado de pèrdida auditiva. Se considera HIPOACUSICO a aquel niño que posee un resto de audiciòn tal que, con la ayuda de un audìfono, puede hacer uso de la misma. De esta manera, adquirirà el lenguaje fàcilmente, hablarà en forma inteligible, con voz agradable, y desarrollarà habilidades cognitivas, sociales y educativas. Esto no sucede asì con los niños sordos.
El tèrmino SORDO es tan general que impide dar cuenta de los distintos tipos o grados de sordera, los cuales tienen una significaciòn cualitativa muy distinta. Las variables que determinan las diferencias y que impiden las generalizaciones y las afirmaciones son las siguientes:
- Sordera prelingûìstica o postlingûìstica
- Nivel de pèrdida auditiva
- Etiologìa de la sordera (componentes sobreagregados)
- Padres oyentes o sordos
- Ambiente lingûìstico (gestual, oral, bimodal....)
- Actitud de los padres hacia la discapacidad
- Factores educativos
- Nivel socioeconòmico
La combinaciòn de estas variables da por resultado grupos con caracterìsticas marcadamente diferentes.
La sordera no implica , per se, la inhibiciòn de procesos lingûîsticos o cognitivos.
El niño SORDO, no tiene otra patologìa sobreagregada que incida, nace con su potencial lingûìstico-cognitivo intacto. Pero la diferencia auditiva opera como una barrera infraanqueable que imposibilita que adquiera naturalmente el lenguaje oral. Esto no solo afecta el desarrollo del proceso cognitivo sino, ademàs, el desarrollo del proceso emocional, ambos en estrecha relaciòn dialèctica.
Si no se toman medidas eficaces, los niños SORDOS que no pueden oir a sus padres corren el riesgo de un retraso mental grave, de una deficiencia severa en su competencia lingûìstica y de serios problemas emocionales-
Fuente: Dificultades de Aprendizaje
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